por Shitama Vie Ene 28, 2011 10:56 am
Cuando lo pudo notar entre sus brazos, palparlo de verdad, probando que Ethan era matearial, que no era aire ni vapor con formas hermosas que su mente dibujaba y figuraba por ella misma porque la ausencia del albino para el moreno era demasiado grande, demasiado sufrir...
Pero no era ni vapor, ni aire, ni ninguna forma mal difuminada (Aunque era mentira, si Tashi alucinara y viese a Ethan cuando no lo estuviese en verdad, la forma del cuerpo del de gafas y su rostro estarían perfectamente definidos)
Se olvidó completamente del otro jugador y se quedó allí, como si separarse fuese morir. Sus manos estaban clavadas, por decirlo de alguna forma, en la espalda del menor, asegurandose que lo mantenía contra su cuerpo, que se quedase allí...
Oh, dios, mío...
Era su Ethan, su ángel, su albino miope (¡Y le encantaba!) Había ido a buscarlo y lo había encontrado, porque aunque estuviesen rodeado de tanta destrucción y tantos sueños rotos y metas sin cumplir, su sueño todavía no lo estaba.
Pero dejo que él también lo abrazase y se instalase en su cuello. Tashi le refugió.
-Mi angel... Mi vida...
Le susurró él.
No pudo evitar sonreír sin resistirse, sin que le latiese el corazón a mil por hora cuando le llamó por su nombre en un medio susurro.
Se prometió que no iba a llorar... Pero no sabía si iba a cumplirlo o no.
Al final, se separó un poco de el, con mucho mimo y cuidado y le besó en los labios directamente, sin ser brusco, sin ser agresivo (seguía siendo ese puñetero observador y Ethan tenía dañado el labio)
Ahora si que podía morir en paz.