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Aquel maldito día empezó todo.
El sonido de la puerta siendo golpeada le sacó de sus sueños, si es que los estaba teniendo. Como era lógico, no abrió. Unas voces se oyeron al otro lado, afirmando que eran la policía. Aún así, siguió sentado en la cama, apretando las sábanas y mordiéndose el labio.
Apenas había pasado unas horas desde que había vuelto del Bl@ster, con los puños algo adoloridos y aún palpitantes. Un grandullón se había atrevido a desafiarle, pero en el Bl@ster, la masa muscular no era lo importante, sino la agilidad y la rapidez de reflejos. Lo había tumbado en menos de media hora. Luego había vuelto a casa, donde un plato de arroz precocinado le esperaba en el microondas, y tras darse una ducha, se había metido en la cama.
Y aquellos golpes le habían robado el sueño de nuevo.
Finalmente, la puerta no resistió y al menos media docena de policías entraron en su apartamento blandiendo sus porras y apuntándole con sus armas. Uno de ellos, un agente con el pelo corto y gafas, le aferró del pelo y lo estampó violentamente contra la cama, esposándolo.
- Ciudadano número 11298-TM3099 -bramó, serio- Quedas arrestado el día de hoy a las 5 AM como principal sospechoso de homicidio.
Akira quedó tan anonadado con aquellas palabras que no supo qué decir. Aún así, intentó defenderse. Lo único que consiguió fue una ristra de palos, hasta que una de las porras le golpeó fuertemente en la sien.
Con la sonrisa del oficial dibujada en su mente, el chico sintió que se mareaba y algo cálido le brotaba de la nariz y la boca. Goteó al suelo. Era sangre. Tosió un poco hasta que un segundo golpe le quitó la poca consciencia que tenía.
Al despertar, ya no estaría en su humilde apartamento, sino en una celda en la prisión, con un dolor de cabeza insoportable, y una injusta condena de cadena perpetua sin base ni demostración.
Así empezaría su historia. Entre rejas.
El sonido de la puerta siendo golpeada le sacó de sus sueños, si es que los estaba teniendo. Como era lógico, no abrió. Unas voces se oyeron al otro lado, afirmando que eran la policía. Aún así, siguió sentado en la cama, apretando las sábanas y mordiéndose el labio.
Apenas había pasado unas horas desde que había vuelto del Bl@ster, con los puños algo adoloridos y aún palpitantes. Un grandullón se había atrevido a desafiarle, pero en el Bl@ster, la masa muscular no era lo importante, sino la agilidad y la rapidez de reflejos. Lo había tumbado en menos de media hora. Luego había vuelto a casa, donde un plato de arroz precocinado le esperaba en el microondas, y tras darse una ducha, se había metido en la cama.
Y aquellos golpes le habían robado el sueño de nuevo.
Finalmente, la puerta no resistió y al menos media docena de policías entraron en su apartamento blandiendo sus porras y apuntándole con sus armas. Uno de ellos, un agente con el pelo corto y gafas, le aferró del pelo y lo estampó violentamente contra la cama, esposándolo.
- Ciudadano número 11298-TM3099 -bramó, serio- Quedas arrestado el día de hoy a las 5 AM como principal sospechoso de homicidio.
Akira quedó tan anonadado con aquellas palabras que no supo qué decir. Aún así, intentó defenderse. Lo único que consiguió fue una ristra de palos, hasta que una de las porras le golpeó fuertemente en la sien.
Con la sonrisa del oficial dibujada en su mente, el chico sintió que se mareaba y algo cálido le brotaba de la nariz y la boca. Goteó al suelo. Era sangre. Tosió un poco hasta que un segundo golpe le quitó la poca consciencia que tenía.
Al despertar, ya no estaría en su humilde apartamento, sino en una celda en la prisión, con un dolor de cabeza insoportable, y una injusta condena de cadena perpetua sin base ni demostración.
Así empezaría su historia. Entre rejas.
