Por las calles llenas de charcos de agua creados por la lluvia corría un joven a gran velocidad sin detenerse, salpicando agua cuando sus zapatillas se metían en uno de los charcos. Pero eso le daba igual, ya que toda su ropa estaba completamente mojada, no quedando ni una sola parte seca.
Finalmente, el chico acabó resbalándose con el agua que ya tenía dentro de los zapatillas, cayendo sobre el suelo para quedarse allí parado unos largos segundos sin hacer ni decir nada, observando fijamente su mano con sus claros ojos para acabar acariciando con las yemas de sus dedos la herida que tenía en la sien.
-¿Por qué?...-Acabó susurrando mientras volvía a romper a llorar como hizo cuando salió del piso de Vladimir-¿Por qué todo esto me tiene que ocurrir a mi?...
Después de estar un rato desahogándose a llantos, el chico decidió levantarse del suelo para frotarse un poco los brazos, sintiendo como el agua volvía a enfriar su cuerpo para entonces ver que delante de él se encontraba la Iglesia abandonada de Toshima, decidiendo que sería un buen refugio para intentar secar su ropa.
Cuando Shuuye abrió la gran puerta de la casa de Dios, las bisagras de esta chirriaron, viéndose así que estaban oxidadas. El interior de la capilla era oscura y silenciosa, observándola fijamente el rubio para entrar dentro de esta lentamente.
Última edición por Shuuye el Lun Mar 21, 2011 12:06 am, editado 1 vez