Perrito Perdido [libre]

El muchacho se había sentado unos segundos con la espalda apoyada en la sucia pared. Por juguetear más de lo debido mientras Gunji y Kirio le paseaban se había despistado y ahora no tenía ni idea de donde se encontraba.

Hubiera seguido el rastro, de haber podido pero la mezcla de olores, algunos muy pocos agradables, de aquellas calles le confundían.

Finalmente y tras dar unas cuantas vueltas sin éxito, había terminado deteniéndose para esperar.

De pronto, llegó a sus fosas nasales un olor delicioso, que superaba a todos los demás. Comida. Y su estómago rugía.

Sin pensarselo dos veces sonrió y echó a andar hacia aquel lugar.

Yukihito caminaba por aquella calle, oscura, maloliente, escuchaba relativamente lo que sea que Touya estuviera diciéndole.

Se dirijían a comprar algunos sólidos, más especificamente, comprar algunos de Curry Verde, sin embargo algo llamó la atención de Touya quién no dudó en comentarlo rápidamente con Yukihito

-Eh!, Yuki, ¿Qué no es ese el perro faldero de Arbitro?

Yukihito posó su mirada casi de inmediato, la palabra "Arbrito" hacia que se irritase, todo lo relacionado con Vischio le molestaba sobremanera.

-Creo que sí -Su mente empezó a maquinar, rápidamente, "¿Cómo podría hacerse con Vischio?" puede que aquella mascota no significara nada, pero para Yukihito cualquier cosa que pudiera llevarlo a sus objetivos, por pequeña que pareciese la oportunidad, la tomaría. -Te parece acercarte, Touya?

-¿Para qué nos serviría una simple mascota? -Preguntó Touya, ambos se quedaron observando al joven, mientras éste se dirijía de dónde salia un "agradable" olor a comida.

Al final, Yukihito decidió acercarse -Me acercaré, ¿vale?, puedes comprar lo que quieras.

Kau, bastante ageno a aquella conversación que mantenían los desconocidos, estaba bastante concentrado en lo suyo. Se habçía pegado a un escaparate, notando el frío cristal bajo sus manos. El olor emanaba de ahí, estaba seguro pero no sabía si podía entrar, dado que la puerta estaba cerrada. Eso le hizo soltar un lloriqueo mudo y sentarse en el suelo, frustrado.

Yukihito, acercandose lentamente, pensando, cayo en cuenta de algo importante, asi que se dirijio a Touya

-Touya, mejor ven aqui, ayudame -Dijo girandose hacia su amigo y viendolo a los ojos.

Una sonrisa se pronuncio en el rostro de Touya -No creo que la necesites Yuki.

Pero Yukihito sabia lo que pedia "Las sonrisas no son mi fuerte", no era que el nunca sonriera, pero para lo que iba a realizar, seria demasiado evidente -Sabes que eres mejor para las cortesias, si lo hago yo sabra que hay algo raro aqui, vamos.

-Esta bien, ya voy -a Touya le gustaba esa seria expresion en el rostro del otro.

Asi se acercaron finalmente, al joven que estaba sentado frente a una vitrina, de donde emergia un agradable olor.

-Ey... ¿Acaso estas perdido? -le pregunto Touya la joven mascota, exponiendo una de sus mejores sonrisas, siendo observado por Yukihito, quien despues se dedico a escrutar a la mascota.

Kau escuchó aquella voz y, frunciendo un ploco el ceño, extrañado, alzó la cabeza. Aquella voz no le había sonado a Gunji y Kirio, tampoco a la de su querido amo.

La sonrisa del pobre chico no servía nada para Kau ya que, ciego como estaba, era incapaz de verla. Pero sí pudo escuchar el tono 'amistoso' de aquellas palabras y por ello se levantó, acercándose al pelirrojo para olisquearlo y ver si lo conocía.

Touya se quedó un poco cortado... "¡Hostia! era ciego" pensó rápidamente qué hacer, pero esto no fué necesario al ver cómo el joven se acercaba a su amigo.

Yukihito se quedó un tanto pasmado, en cualquier otro caso, se hubieran acercado de inmediato a Touya, ignorándolo a él, casi por completo, por eso le habia pedido ayuda... "Es extraño, pero tal vez..." Yukihito no estaba del todo seguro de lo que iba a hacer, pero aún así, extendió, con cuidado, casi con miedo de lastimarlo, su mano, la cual posó sobre la cabeza del chico, expectativo... su cabello era más suave de lo que se hubiera imaginado.

Touya lo miró sorprendido, la expresión de Yukihito lo ponía un poco desubicado... ¿era una pequeña, casi invisible sonrisa, lo que medio veía en el rostro del otro??? Aún así no dejó su amistosa atmosfera, pensando que la mascota percibiría que sus intenciones no eran malas, ni sucias... o por lo menos las suyas.

Tras haber deternimano que no conocía de nada a ese primero, sonriendo un poco por la caricia, se acercó entonces a Touya y lo olisqueó a él, recibiendo tambien un resultado negativo. Ni idea de quienes eran. ¿Le darian comida?

Eso estaría genial, pensaba, ya que el estómago le rugía. De hecho, justo en ese momento su estómago se quejó y en un acto reflejo se lo acarició, volviendo al lado del pelirrojo a ver si le daba otra caricia.

Touya recibió con gusto el intento de reconocerlo, él no creía que fuera algo malo ser la mascota de Arbitro, ¿Qué culpa podría tener él de las porquerias que sucedian en Toshima?

Yukihito aún estaba sorprendido con el acto del joven, pero no dijo nada, al ver el gesto de hambre de éste, una minúscula sonrisilla salió de él, había que reconocerlo, el chico le había parecido monísimo.

Y al parecer Touya se percató del mismo gesto, dejando oir una gran carcajada -Iré a por algo de comida ¿vale? -Touya se decidió a hacerlo al ver cómo la mascota se había vuelto a acecar a Yukihito, era algo poco común, le divertía así que decidió dejarlo solo.

-Está bien -dijo Yukihito, observaba al joven, y se atrevió a colocar de nuevo su mano sobre él, le había encantado el suave tacto bajo sus dedos, aunque claro, nunca hacía cosas como esas emitiendo mucha efusividad.

Touya se adentró en el local, Yukihito tenía la mirada fija en aquel joven, tan mono, y en esas circunstancias, "indefenso".

-Estás muy suave -Se atrevió a decir, no siendo muy conciente de sus palabras, no sonaba muy tierno, pero tampoco agresivo, no quería ser muy amable con alguien relacionado con Vischio, pero el joven provocaba tal sensación.

Kau había escuchado la conversación en silencio, girando la cabeza de uno para otro como si eralmente pudiera mirarlos. Aunque no lo hacía en absoluto. Despues, cuando fue consciente de que le traerían comiga, había sonreído con amplitud.

Ahora sólo quedaba esperar a que llegase, cosa que no iba a ser en absoluto dificil tan entretenido como estaba con aquellas caricias. Ladeó un poco la cabeza para que le rascase tras la oreja, cosa que le encantaba.

Yukihito se percató del movimiento en la cabeza del otro, y sus ojos se abrieron un poco al notarse inseguro, "¿Que se supone que haga?". Tras pensarlo un momento se decidió a acariciar, casi rascar, sin atreverse demasiado, esa parte que el joven exponía ante él... sin darse cuenta, aquel chico le había sacado otra sorpresiva sonrisa.

-¿Te gusta? -Le preguntó, aunque algo cortado, no sabía bien cómo actuar en estos casos, aún así, siguió acariciando, y se atrevió a rozar suavemente el borde de la oreja con el dedo índice.

(lo siento por lo corto de los post, es que como Kau no habla... x'D)

Como toda respuesta, Kau le dedicó una sonrisa. Casi casi parecía que se estaba riendo, alegre, si no fuera porque de sus labios no salía sonido ninguno.

En cambio su cabeza volvió a moverse, para dirigir las caricias de aquellos agradables dedos, haciendo énfasis detras de su oído.

Por puro instinto, aferró una de sus manos, vestidas con aquellos llamativos y largos guantes de brillante cuero negro a la camiseta del chico,.

(XDDD no pasa nada XD)

Yukihito sonrió al notar el gusto del chico por aquellas caricias, y volvió a rozar, esta vez un poco más confiado, tras la oreja del otro, le gustaba ver cómo el joven movía su cabeza con tanta presteza.

Se estremeció ligeramente al sentir aquella mano sobre su ropa, el chico le había hecho erizar el cabello de la nuca, aquella sumisión y docilidad le habían encantado sobremanera.

Miró disimuladamente hacia la puerta del local, dándose cuenta de que Touya aún no vendría. "Que bien" pensó inconcientemente, la expresión fria y sería jamás abandonaba su rostro, y de esa forma se acuclilló un poco, disimuladamente, para tocar la zona del mentón, y el inicio del cuello, con su otra mano, más especificamente con su dedo corazón, sin abandonar las caricias que repartía tras la oreja del menor.

-Hueles bien -Dijo tras acercar levemente su nariz al cabello del chico, agradeciendo no ser visto por nadie.

Cuando el pelirrojo había tocado su cuello atraves de la gruesa tela, Kau había alzado inmediatamente su barbilla para que le rascase allí tambien, sin dejar de sonreirte. La mano en la camiseta del otro se cerró aún más, arrugando la tela de la prenda.

En el momento en que escuchó aquel comentario, tras el leve cosquilleo que le había causado la nariz de Yukihiko, se dijo que tenía que saludarle como era debido: con un buen lamentón. Y eso hizo, aprovechándose de la cercanía de su rostro. Sacó la lengua y le lamió la cara a modo de saludo y agradecmiento por todas aquellas caricias.

Yukihito estaba fascinado al ver cómo el menor le ofrecía su barbilla para poder tocarle, y eso fue lo que hizo, al pasar por allí, casi juguetón, sus dedos, algo inusual en él y sonrió al sentir el incremento del agarre en su camisa.

Sin embargo se quedó congelado al sentir en su rostro, una pequeña y cálida lengua, que pasó rápidamente, haciendolo estremecer aún más, "¿Q-qué fue eso?" pensó, y tras unos segundos analizándolo, viendo la expresión de felicidad del otro, repitió el toque de sus dedos, en la barbilla, y tras su oreja.

No sabía ni lo que iba a hacer, su cuerpo se movió solo, y entonces, acercándose ligeramente a su rostro dejó una pequeña y despaciosa lamidita, peligrosamente cerca de los labios, cortándose luego por la reacción que el menor pudiera presentar. Estaba contento y no quería joderlo.

A Kau le hizo gracia aquello, que para él era más un juego. O más bien, mimos sin ningún significado en especial, sólo sensaciones agradables que buscaba en los demás. le encantaban los mimos, no era un secreto.

Se rió de forma muda, enseñando los dientes perlados al hacerlo y repitió el gesto, lamiendole con cierto énfasis la barbilla varias veces, rozando con el pequeño músculo los labios en ciertas ocasiones.

Yukihito se sorprendió al ver la reacción del otro "Joder... y yo pensando que la había cagado", por su mente pasaron muchas cosas, pero se tensaba cada que sentía la esponjosa lenguecita rozar sus labios de manera tan provocadora, casi atrevida, según Yukihito, y cada que lo hacía, éste cerraba los ojos, para sentir mejor las caricias, sin dejar de sentir pequeñas vibraciones correr por su espalda.

Fue entonces que, en un acto reflejo, se acercó más,ésta vez lamiendo suave, pero con un recorrido un tanto más largo, desde el pómulo hasta la oreja, al recordar cómo le agradaban las caricias al menor en ese lugar.

"Touya se está tardando" Pennsó Yukihito por un instante para luego olvidarse de aquello y continuar con el menor.

Kau se estremeció al sentir la humedad en su oído, que le hacía cosquillas. se encogió un poco pero en seguida volvió a acercarse a su boca para que volviera a repetir el gesto.

Cuando se impacientaba, volvía a lamerle la mejilla el mismo, como buen perro que era y como su amo le había enseñado a ser.

Yukihito se rió por lo bajo al notar el gesto de gusto que había puesto el menor, y al notar que quería más, y al ser conciente de sus propios deseos, lo tomó por el rostro, ladeándolo, rozando su lengua contra el oido, haciendo énfasis a las aberturas de ésta, le gustaba hacer aquello, daba pequeños toques con su lengua, unos más largos que otros, a lo largo del rostro, sin creerse lo que hacía.

-Eres... muy juguetón, ¿eh? dijo mientras que en esa pausa le lamia desde la comisura de los labios hasta la punta de la nariz, sonriendo ocultamente.

Lo que ellos no sabían es que Touya estaba observándolos desde el local; tras el gran cristal, había podido dislumbrar aquella última acción, dejándole sin palabras... ¿Ese era Yuki?, ¿su amigo?, era un tanto difícil de creer.
Aún estando alucinando, decidió tardar un poco más, dándole algo de espacio a Yukihito, ya que, aunque Touya sabía que su amigo no era un amargado, quería que se divirtiese más de vez en cuando... y de hecho, lo estaba haciendo.

Y parecía que Kau tambien se divertía, porque aquella gran sonrisa no se borraba de sus labios más que cuando intentaba volver a lamerle de aquella manera rápida y juguetona o cuando se estremecía por unos segundos desaparecía. Eso sucedía cada vez que notaba el tacto húmedo acariciando su oído.

Vovlió a apretar la prenda del otro, haciendo que el guante de cuero sisease al rozarse y jadeó de pura alegría contenida porque alguien le hiciera tanto caso.

Yukihito se estremeció en seguida, no solo por aquel Jadeo, sino también porque le había derretido que tomara así de su ropa.

Alejó el rostro un segundo, escrutando el rostro del menor, pensando en cómo podría hacer para escuchar de nuevo ese pequeño sonidito que lo estaba empezando a prender.

Se acercó respirando contra su mejilla izquierda a propósito, y deposito allí, otra lamida, que fue llevando hasta el oido, dejando allí un pequeño mordisco, sintiendo la piel deliciosamente suave, mientras se deleitaba en aquello, posó sus dedos sobre el abdomen descubierto del menor, rozándolo, rascándolo levemente, ansioso de ver su reacción.

Touya veía eso con una expresión divertida, nunca pensó ver a su amigo haciendo algo como eso, y estaba empezando a considerar seriamente en irse y dejarle allí, tan entretenido como estaba.

De haber podido, aquel mordisco en su oído hubiera provocado un gemido. Pero como hacía tiempo que le habían desposeído de su voz, lo que emitieron sus labios fue un nuevo jadeo, silencioso.

Al sentir la mano en su abdomen su impulso más primario fue el de echarse un poco hacia adelante para delarle rascar, haciendo que los vistosos piercigns se movieran con aquel gesto.

Touya se debatía en un problema... "¿Voy y me despido, o me largo sin decir nada?... pfff Joder" No tenía de idea de que sería mejor, si se iba sin despedirse, no le joderia el momento, el cual estaba claro, Yukihito estaba disfrutando, pero también sabía que a como era su amigo, y por más distraido que estuviese, se preocuparía por él, y a la final... También le joderia.

Yukihito volvió a sonreir, aún más al escuchar aquel ruidito que subió por su columna vertebral y lo hizo estremecer de nuevo, al notar que al chico le agradaba el toque en su abdomen, lo profundizó, rascándole la cintura y rozando suavemente los costado, sonriendo sobre la piel del oido del chico, la cual acababa de morder de nuevo, lamiendole después, suavemente.

-Mmmm, que suavecito eres -dijo, pero sin dejar su típica seriedad.

A pesar de no poder responderle, a Kau le gustaba escuchar aquel tipo de halagos que, aunque no entendiera siempre en su totalidad, entendía bien que eran cosas buenas sobre él. le hacían sentir orgulloso, era una buena mascota.

Una segunda mano se aferró a la prenda de yukihiko, uniendose a la primera y lo miró con los labios entreabiertos y la respiración ligeramente agitada. Le gustaban mucho los mimos, mucho. Y por eso echó un poco sus caderas hacia adelante, para que continuase con las suaves caricias. Pero entonces su estómago volvió a sonar.

Yukihito sintio un leve pulsacion al notar las caderas del chico tan cerca, pero en el momento en que recordo el hambre que se notaba llevaba el chico, se apeno de si mismo, se separo, sin parecer grosero y vio hacia el cristal, notando a su amigo que quedo algo cortado al ver la ultima accion de la mascota

"Joder... me vio" penso, asi que salio, como si no hubiera pasado nada y se planto frente a un Yukihiko aun mas cortado por que le hubieran pillado en esas.

-Tio, tengo que irme -Dijo con una sonrisa un poco maliciosa.

-A donde vas?? -Pregunto Yukihiko algo cortado todavia, pero sin demostrarlo demasiado debido a su fria personalidad.

-Yuki, no te preocupes, tengo algunas cosas que hacer, y ya he sacado mi porcion de comida aparte, asi que... te veo luego tio -Le guino un ojo, aproposito, para joderle.

Y lo consiguio haciendolo sentir un tanto incomodo. -Esta bien, te veo luego -Dijo, teniendo que alzar un poco la voz al final por la distancia que empezaba a separarlos.

Se acerco entonces al menor, algo mosqueado por haberse quedado solo, con el chico, aun asi casi se sento en el suelo, volviendo a la priemra caricia que le suministro, tocandole la cabeza suavemente, le extendio el paquete, abierto, acercandolo a la nariz del joven. -Lo siento, se me habia olvidado tu estomago -Dijo rascandolo un poco de nuevo.

Kau se sentó junto a él y en cuanto olió la comida, acercó su nariz a ella, empezando a lamer despues el conetenido del paquete. Al final, incómodo, lo cogió el mismo y empezó a comer con glotonería sin importarle si se manchaba.

Se apoyó en el hombro de Yukihiko mientras engullía, con una sonrisa que demostraba cuan satisfecho estaba. Tanto que en ese momento había olvidado completamente que estaba eprdido y que cuando consiguiera volver a casa probablemente Arbitro estaría enfadado.

Pero, ¿Como acordarse de todo eso teniendo comida y mimos? No señor. Además aquel chico de voz agradable le hablaba y eso le gustaba aún más.