Al fin, un Area de descanso [Libre]

Finalmente, lo había conseguido, había conseguido llegar sano y salvo hasta el Hotel de Toshima, uno de los tantos sitios seguros donde cualquiera podía descansar sin tener un ojo abierto y una mano posada sobre su arma.

Lo primero que el rubio hizo al cruzar la puerta del edificio fue lanzar un leve suspiro para tranquilizarse, volviendo su mirada hacia los otros participantes del Igura que descansaban tras un largo día de cazar a otros perros en busca de sus chapas, conversando entre ellos mientras el chico del gorro observaba a todos atentamente con sus celestes ojos.

Tras estar un rato estudiandolos, el joven agachó levemente su mirada para acabar observando la "Dogtag" que colgaba de su cuello, viendose como los diez robos que estaban grabados en esta reflejaban un poco la luces de la amplia sala.

-Uff...-Suspiró finalmente el jugador del Igura mientras se sentaba en uno de los sillones negros, agachando su cabeza mientras cerraba sus ojos, juntando seguidamente sus manos para entrelazar sus dedos, recordando los pocos días que había pasado en aquella ciudad sin ley, habiéndole parecido una eternidad.

"¿Cómo llegué a esto?..." Se preguntó a sí mismo mientras mantenía sus ojos cerrados, empezando a caer una gota de sudor por su sien, intentando que sus piernas no empezasen a temblar "Este sitio es más peligroso de lo que pensaba..."

Spoiler:

Algunas de las chapas del joven castaños, las cuales botaron algunas veces sobre las baldosas del suelo, acabaron llegando hasta los pies de Shuuye, el cual levantó su mirada para acabar viendo aquellas Dogtags que al mecánico se le había caído, empezando entonces a recoger las que tenía más cerca, mirandolas fijamente durante un rato.

"Y todo para conseguir estas chapas..." Volvió a pensar para sí el rubio mientras se mordía el labio inferior sin apartar su mirada celeste de aquellos trozos de metal para seguidamente, llevarlas hasta su dueño, mostrandolas para así devolverlas.

-Esto es tuyo, ¿no?...-Preguntó entonces el joven del gorro gris al que se encontraba en el suelo, mirándolo de manera fija, intentando hacer su rostro lo más inexpresivo posible para así no hacer demasiados amigos en un lugar tan peligroso en el cual, incluso tu sombra podría matarte, resbalando mientras hablaba una gota por su sien-Ten...

Spoiler:

El nuevo jugador del Igura se quedó observando al avergonzado castaño, intentando mostrar un rostro lo más serio posible para así no responder a la sonrisa que el mecánico le mostraba, tragando entonces saliva el rubio, agachando entonces su rostro levemente sonrojado para seguidamente, darse la vuelta, metiendo las manos en los bolsillos de su chaqueta.

-D...De nada...-Tartamudeó aun con la cabeza gacha, volviendo entonces al sillón donde anteriormente se encontraba, volviéndose a sentar en este.

En el momento en que Shuuye se volvió a sentar, su rostro acabó de nuevo tapandose entre sus manos para sumergirse en sus pensamientos una vez más, intentando pensar si el asesino de sus compañeros dejó alguna pista para poder identificarlo en aquella ciudad.

Pero una vez más, un sonido hizo que levantase su cabeza, siendo esta vez la voz del joven que acababa de conocer, el cual le entregaba un Sólido con una amplia sonrisa en sus labios, cosa que hizo girar el rostro al rubio para no sonrojarse por la gratitud del castaño.

-N...No tengo hambre...-Dijo aun con el rostro girado, intentando no mirar directamente a los ojos de Kensuke. Pero su cuerpo le traicionó, ya que sus tripas empezaron a gruñir, quedandose entonces este un rato callado para finalmente acabar echando su gorro hacia abajo para tapar sus ojos mientras sus mejillas se tintaban de rojo, cogiendo seguidamente le alimento que el otro le entregaba-Gracias...

Tras cogerlo, Shuuye lo abrió tirando de los estremos del envase de plastico, echando este hacia atrás mientras pensaba que aquel chico era imposible que fuese el asesino ya que por su torpeza y la forma en que actuaba, le restaba puntos a ser un candidato.

-Eemm...Perdona...-Acabó llamandolo al no saber su nombre, volviendo a dirigir al fin su clara mirada hacia el mecánico-¿Por qué participas en el Igura?...

Al parecer, parecía que aquel chico no mentía en todo lo que contaba, llegando incluso a sonrojarse por sus palabras. Al parecer, aquel no era el asesino de sus compañeros, acabando Shuuye llegando a aquella conclusión ya que se le veía de por sí que era debil y torpe y si además, se le sumaba aquella forma de comportarse... No le quedaba al rubio otra que descartarlo.

Pero, al oir la pregunta del mecanico, el del gorro levantó la vista hacia su acompañante en aquella conversación, teniendo el más novato en el Igura un poco del Alimento en la boca, acabando finalmente por tragarselo para hablar.

-Bueno...-Empezó ha hablar con la cabeza agachada de nuevo-Estoy buscando a cierta persona...

-Así es...-Respondió finalmente el rubio a la pregunta de Keisuke, manteniendo la cabeza gacha para que la persona que acababa de conocer no viese su rostro, en el cual se plasmaba una profunda tristeza al recordar la terrible escena de sus compañeros muertos y el charco de sangre que se esparcía por toda la casa donde vivían, cerrando entonces Shuuye sus ojos con fuerza para borrar aquella horrible escena de su mente, no deseando recordarla por nada del mundo.

Acto seguido, el novato levantó de nuevo su rostro para posar sus ojos azules sobre el joven de piel algo morena para ver entonces como este le entregaba una botella de agua, mostrando finalmente el rubio una media sonrisa en sus serios labios para cogerla entonces sin vergüenza alguna, abriendola seguidamente.

-Gracias...Estoo...¿Cómo te llamas?...-Se dio entonces cuenta el del gorro al no saber aun el nombre de su acompañante, quedándose mirándolo esperando una respuesta mientras quitaba el tapón de la botella

-Yo soy Shuuye...-Contestó el rubio a la pregunta del joven de cabellos castaños, mostrando entonces una media sonrisa en sus labios mientras extendía su mano hacia el chico que acababa de conocer en aquel lugar tan peligroso y que quizás, no fuese no todas las personas de aquel lugar fuesen tan mala-Encantado, Keisuke...

A la par que Keisuke, Shuuye también mostró una leve sonrisa de agrado en sus labios al ver que la primera persona que conocía en Toshima no era tan mala. Es más, era muy agradable, siendo imposible que una persona así pudiese estar en un lugar como aquel donde solo iban criminales, asesinos y delincuentes...

Pero un grito de una persona algo aterrada llamó la atención de ambos jóvenes, mirando ambos hacia la puerta del Hotel, que era donde se encontraba aquel escandalizado jugador recién llegado. No hacía más que repetir un nombre aun desconocido para el rubio, el cual miraba la expresión de terror que ponían todos los presentes en la Sala de la Zona Neutral, percatándose finalmente que Keisuke también acabó mirándole fijamente.

-Keisuke...¿Sabes quién es tal Shiki?...-Preguntó Shuuye al no entender aun lo que ocurría en aquella situación tan tensa.

El ver a todos aquellos Participantes temblando del miedo y hablando entre ellos nerviosos, puso aun más nervioso a Shuuye, el cual miraba a todos con el ceño levemente fruncido a la vez que una gota de sudor resbalaba por su sien; y el hecho de que Keisuke no supiese quien era aquel hombre tan temido no le ayudaba demasiado...

"¿Quién será ese tal Shiki?..." Se preguntó para sí mismo mientras volvía a echar otra ojeada al ambiente, viendo los rostros aterrados de todas las personas allí presentes que, hacía tan solo unos minutos, estaban tan tranquilos "Tiene que ser una persona muy peligrosa..."

Pero, todos los pensamientos se borraron de su cabeza cuando vio-al igual que todos los presentes-el hombre ensangrentado con todo el torso completamente abierto del que rezumaban litros de sangre carmesí que caía sobre suelo acompañado de las tripas del hombre, el cual finalmente acabó en el suelo. Como respuesta a todo aquello, lo único que hizo Shuuye fue subirse en el sillón en el que estaba sentado para ponerse tenso, llevando de pronto sus manos hacia su boca ya que le entraron arcadas al ver el cuerpo inerte con aquel limpio y perfecto corte...

El pánico se empezó a extender por todo el Hall del Hotel, gritando todos los presentes llegando hasta el punto que ya no se podía entender nada de lo que decían al mezclarse todos los gritos, escuchándose tan solo ruido.

Shuuye, el cual acabó calmando sus ganas de devolver, quitó sus manos de su boca para empezar a jadear, sintiendo un sabor amargo por su garganta ya que algo del vómito había subido por su Esófago, tragando algo de saliva para intentar calmar ese desagradable sabor.

Acto seguido, el rubio dirigió su mirada de nuevo hacia Keisuke, viendo entonces el hombre que se encontraba al lado del mecánico, encontrándose aquel nuevo individuo bastante tranquilo en aquella situación... Ese desconocido era muy extraño...

-¿Y quién eres tú?...-Añadió entonces el joven del gorro esa pregunta mientras observaba al recién llegado con desconfianza.