Le bastaba una rápida mirada para saber por qué las pedanías estaban desiertas; si en Toshima al menos quedaban unos pocos edificios en pie, mediante ibas alejándote del epicentro de la ciudad todo comenzaba a ir degenerándose hasta convertirse en un montón de polvos y escombro... Un escalofrío recorriéndole la columna vertebral lo advirtió de lo siniestro que era el lugar incluso para una persona como el albino, que acostumbraba a caminar por barrios bajos que asustarían a cualquiera.
Claro que, al menos los drogados allí no eran tan peligrosos como los que iban hasta el culo de line.
Deslizó su mirada hasta la vara metálica que sostenía en su mano completamente ensangrentada, sabía que podía conseguir chapas perfectamente sin tener que asesinar a los jugadores contra los que se enfrentaba, pero la misericordia en un lugar como ese podría significar la muerte: ¿y si se cobraban venganza? Ethan no iba a tentar más a la suerte, como lo había hecho con el misterioso militar de ojos bicolor.
No quería pensar más en ello... Ahora solo buscaba al rey de la baraja.
Claro que, al menos los drogados allí no eran tan peligrosos como los que iban hasta el culo de line.
Deslizó su mirada hasta la vara metálica que sostenía en su mano completamente ensangrentada, sabía que podía conseguir chapas perfectamente sin tener que asesinar a los jugadores contra los que se enfrentaba, pero la misericordia en un lugar como ese podría significar la muerte: ¿y si se cobraban venganza? Ethan no iba a tentar más a la suerte, como lo había hecho con el misterioso militar de ojos bicolor.
No quería pensar más en ello... Ahora solo buscaba al rey de la baraja.